Como escribe el profesor Felipe Pedraza en el prólogo, al repasar estas crónicas, "No sólo conocemos la azorsa vida a través del tiempo de un arte singular, siempre polémico y discutido, siempre subyugante; también vamos siguiendo las vicisitudes de la sociedad, sus crisis, sus momentos de expansión y bienestar, sus inquietudes, el entramado humano que permite en cada momento su existencia."