El Ciclo de Purificación definitivo ha comenzado. Las hordas de guerreros perpetuos se abaten sobre los reinos civilizados de Arádica, como un aluvión de sangre y fuego. La única esperanza de los hombres que se oponen a la tiranía del Creador Supremo Ylá-Anj-Garré pasa por la unión, en una insólita alianza en torno al Lord Decretante Lethan, proclamado Verdugo de Perpetuos. La brutalidad inmisericorde del destino hará tambalear los férreos ideales de Arauka; reducirá a polvo la endeble coraza que ha mantenido a Arxagorgis con vida, pero alejado de cualquier apego; y distanciará sin remedio al Dragón de su familia y de su pueblo. Serán las gentes humildes, las criaturas sin nombre olvidadas por reyes y dioses, quienes se hagan merecedoras de su propia salvación. Para ello deberán empeñar su coraje y sus vidas, desconfiando de quienes pretendan perseguir los espejismos del milagro y la magia.
Si ni los cobardes ni los valientes son inmortales, ¿por qué no escoger ser valiente?
