AA.VV
El palacio de la Diputación de Ciudad Real no tiene antecedentes porque fue concebido y construido para albergar el Gobierno de la provincia por orden estatal. No ha sufrido grandes modificaciones, su fachada y su planta se conservan en gran parte fieles al proyecto que plasmó en planos el arquitecto Sebastián Rebollar al finales del siglo XIX. Se trata de un edificio con fortuna, porque no fue dañado en la contienda civil y ha resistido inalterable al paso del tiempo. Ha sido testigo mudo de la historia reciente de la capital y dentro de sus muros se han fraguado las políticas que han marcado la evolución de la provincia. Es, sin duda, un inmueble que merece nuestra atención por múltiples y variadas razones de corte cultural, artístico, patrimonial, político, social y económico. Destacar un Palacio como el de la Diputación, decimonónico y emblemático, debe ser una obligación para la Administración que alberga desde hace 125 años, ya que el 5 de octubre de 1893 la Coporación provincial de entonces procedió a la recepción oficial de las obras y comenzó a funcionar como sede de la Diputación Provincial de Ciudad Real. Edición de lujo en gran formato, con fotografías a todo color.
