Cuando Nailah Bek regresa a El Cairo después de cuatro años deuniversidad, lo hace con la intención de empezar una nueva vida en suamado y añorado Egipto. Pero Kontar, su padre fanático y devoto de lamitología, no le pone las cosas fáciles al pedirle que ayude a unjoven llamado Geb, que aparece de la nada, a salvar a la humanidad delos malévolos planes de unos dioses con demasiado tiempo libre.Nailah, cansada de la demencial vida que Kontar se empeña enimponerle, no está dispuesta a hacerle caso e ignora su petición. Noobstante, su opinión cambia de forma radical al descubrir que su padre no estaba tan loco como ella creía y que, después de todo, Geb sí que es el venerado Príncipe de los Dioses, al que, como su sacerdotisa,se ve obligada a acompañar.