No existe llave para liberar el candado de la puerta del alma. Penetrar en su universo es privilegio de quienes se detienen a mirar por el ojo de la cerradura Nadie sabe realmente lo que sucede puertas adentro. Solo un testigo tan creíble como audaz podría darnos cuenta de ello. Y quién mejor que la protagonista de estas historias, que nos invita a entrar no solo en las casas de las personas a las que cuida sino también en el espacio intricado de la propia existencia.