TRATADO DE CIENCIAS INEXACTAS con la sabiduría de quien no sienta cátedra ante nada, pero nos descubre todo un mundo de sensaciones, melancolías, dudas, reglas que se rompen, sin ánimo de exámenes, ni estrictas normas de convivencia, sin lecciones, si no de sueños sin dictados, palabras que bailan, donde la ausencia no se pone con faltas sino con lágrimas, y el aula es la mirada que nos abraza y la sombra del árbol que nos cobija.