Alejo Velasco es un profesor de Inglés que llega a Hurlada para cubrir una sustitución. Esta es una oportunidad de reconducir su vida tras el trauma de la desaparición de su novia en extrañas circunstancias un año antes. En Hurlada, conoce a Judit, una camarera que ha renunciado a sus sueños de ser escritora, prisionera a su vez de la enfermedad mental de su padre. El pueblo se ve salpicado por una serie de crímenes de una crudeza y virulencia tales que traen en jaque a la teniente de homicidios de la Guardia Civil, Lucía Ferrándiz, llegada de la capital para resolver el caso. Las muertes tienen un denominador común, el empresario de la zona, Damián Buitrago, propietario, entre otros, de la mina de metales del pueblo vecino, Santa Creva. Junto al yacimiento se haya el misterioso bosque de Hoscaterra, epicentro de la actividad maligna que engulle la vida de los vecinos del pueblo. Alejo y Lucía sufren de modo particularmente intenso el efecto de la oscuridad en sus cuerpos, transformándose física y mentalmente. Descubren un mundo natural en torno al misterioso lago Matamujeres, donde reina la naturaleza, cuya