Desde el comienzo de la narración, Mariano Serrano Pintado nos introduce en el universo del siglo XVI, mostrándonos la personalidad del personaje. A partir de aquí vamos creciendo con Domenikos Theotocopoulos, compartiendo con él sus alegrías y tristezas. La evolución de su pintura corre paralela a su azarosa vida sentimental a través de una realidad salpicada de inesperadas aventuras. Luego, el descubrimiento de un sorprendente documento, nos desvela aspectos desconocidos de la existencia de El Greco, dándonos respuestas a tantos interrogantes sobre la eclosión de su pintura toledana. Al mismo tiempo, el universo de los eruditos y estudiosos de su obra nos ilustran sobre las características y singularidad de sus trabajos, así como de aquel Toledo, ciudad mágica, que sedujo y cautivó a este gran artista. Estamos ante un libro original, que se lee con interés. Un trabajo con doble valor: el literario y el histórico, para lo que el autor ha empleado la imaginación y la investigación, poniéndolas al servicio del lector para completar una obra necesaria, útil y atrayente.