Los habitantes del castillo duermen profundamente, sin percatarse que los rápidos ladrones se cuelan a hurtadillas por entre los muros. Los 12 guardas del legendario tesoro del castillo son los únicos que no pegan ojo... ¿o quizás un ratito? El que pille a los guardas durmiendo podrá hacerse con el tesoro pero, para ello, hay que ser listo.