Jugadores: 2 jugadores
Edad: A partir de 8 años.
Duración: 30 min.
En el juego de mesa Patchwork, los jugadores disponen de un tablero cuadriculado de 9×9 en el que a lo largo de la partida han de colocar diferentes piezas de tela con el objetivo principal de cubrir la máxima superficie posible.
Asimismo los jugadores comparten un registro de tiempo, que se coloca en el centro de la mesa, que determina el final de la partida. Alrededor de dicho marcador se colocan el círculo una serie de piezas geométricas de diferentes tamaños y formas con las que deben cubrir su tablero personal.
En Patchwork los turnos no se alternan sino que siempre juega el jugador que vaya más atrasado en el marcador de tiempo.
En su turno los jugadores tienen dos posibilidades: adelantar el marcador de tiempo de su contrincante y obtener tantos botones como pasos haya dado para ello o bien comprar una de las 3 piezas disponibles. Los botones sirven para comprar las piezas con las que cubrir su tablero personal (las piezas tienen diferentes costes dependiendo de su forma y/o tamaño) y cada uno de ellos otorga también 1 punto al final de la partida.
Alrededor del marcador de tiempo tenemos un peón que se desplaza conforme los jugadores adquieren piezas de forma que solo están disponibles para comprar las tres primeras a partir de la posición actual de dicho peón.
Cada una de las piezas tiene un coste en botones que el jugador ha de pagar y también un coste en tiempo, teniendo que desplazar su marcador tantos espacios como se indique en la pieza. En algunas partes del marcador de tiempo tenemos unos botones, que al ser sobrepasados por el marcador de tiempo del jugador otorgan unos ingresos en botones en función del número de botones que haya impresos en las piezas que tienen en su tablero personal, variando de 0 a 3. Estos botones se obtienen como ingreso cada vez que el marcador de tiempo pasa por encima de ellos, algo que tiene lugar hasta 9 veces durante la partida.
En el marcador de tiempo tenemos también unas piezas de 1×1, que son obtenidas por el jugador cuyo marcador de tiempo pase sobre ellas en primer lugar. Estas piezas de 1×1 son muy útiles para rellenar huecos difíciles en los tableros personales. Asimismo, existe una bonificación de 7 botones (que se otorgan al final de la partida) para aquel jugador que logre cubrir una superficie de 7×7 en su tablero personal en primer lugar.
La partida termina cuando los dos jugadores han llegado al final del marcador de tiempo, teniendo lugar una puntuación final. Cada botón que los jugadores conserven aún otorga 1 punto mientras que cada espacio vacío de su tablero personal otorga 2 puntos negativos a su puntuación final. De esta manera puede ocurrir que uno o ambos jugadores terminen la partida con puntos negativos.
Patchwork es un juego sencillo pero que obliga a los jugadores a tomar decisiones en cada turno. Aunque las acciones son sencillas, otorgan una gran profundidad estratégica. En ocasiones es buena idea adquirir una pieza costosa pero que producirá muchos ingresos en botones durante la partida, sobre todo si la adquirimos en los primeros turnos. En ocasiones la adquisición de nuevas piezas estará limitada por la cantidad de botones de los que disponen los jugadores en cada momento, por lo que en algunas fases del juego puede ser interesante optar por la acción de sobrepasar el marcador de tiempo del otro jugador y obtener tantos botones como pasos hayamos dado.
Los jugadores han de encontrar en todo momento el equilibrio entre adquirir piezas que cubran espacios concretos de su tablero y piezas que otorguen ingresos a largo plazo y que simplemente sean baratas de adquirir tanto en tiempo como en botones.
Conforme avanza la partida las piezas que quedan disponibles serán más difíciles de encajar en nuestro tablero, sobre todo teniendo en cuenta que solo tenemos tres disponibles en cada momento. Obtener botones es por supuesto importante, no tanto para la puntuación final, sino para poder adquirir las piezas que necesitamos durante la partida. De cara a la puntuación final los jugadores han de tener en cuenta el valor doble en negativo que otorga cada espacio vacío, algo determinante para la partida.