La creación y evolución del impuesto sobre la renta en el mundo occidental no fue algo sencillo por diversas razones, en principio, por la complejidad para llegar a un modelo de tributo aceptable por las fuerzas dominantes en los parlamentos o asambleas nacionales de los Estados que fueron objeto de estudio en esta obra. Para vencer la resistencia de los contribuyentes frente a la fiscalización, se adoptó el recaudo del impuesto de manera indirecta bajo la figura de la retención en la fuente (creada por Inglaterra bajo el nombre de stoppage at the source), mientras que la base gravable se estimaba a partir de diversas presunciones que permitían inferir los bienes y los ingresos de los sujetos pasivos. Es de anotar que las élites políticas y del gran capital tradicionalmente no asumían su papel como contribuyentes de impuestos directos, en parte, debido a que el costo del Estado era más reducido que en la actualidad, ya que tenía pocas funciones, entre ellas: seguridad exterior, orden público y administración de justicia (Estado absolutista). De otro lado, el desplazamiento de la carga fiscal hacía la tributa