Este libro está pensado para aquellos que creen en el poder curativo del acto de cocinar. Aquellos que piensan que cocinar es un acto de amor y siempre reconfortante. Los olores y sabores de los platos caseros y tradicionales que tienen ese componente emocional que nos transporta a recuerdos y sensaciones ya vividas. Juntarse en torno a la mesa. Transmitir esas emociones es tarea fácil y gratificante. Eduquemos desde la cocina con tiempo y paciencia, así los niños se impregnaran de su aroma para toda la vida.