Está el poema, la experiencia y su silencio; otra lírica si se quiere, y está nuestra memoria en el poema, ya convertida en materialiteraria. El «humus cálido nutricio» del que hablaba Pablo GarcíaBaena. No hay miedo en 37?6, ni fingimiento ni impostura, sinoabsoluto sinceramiento, absoluto desgarro. 37?6 es la frontera inicial de la propia temperatura del poema, de su intensidad y su emoción.Porque aunque no se pretenda justificar sino «la pérdida», hay también ganancia: la de la rebeldía, la del exorcismo.
Tulia Guisado esvisceral, lo hemos dicho, pero hay mucha cabeza, reflexión, serenidad, decíamos, en su poema, porque a la larga añade la consciencia, elesfuerzo, el prurito inherente a todo verdadero poeta de controlar esa visceralidad. Porque sabe que hay ingredientes necesarios,pertenecientes a lo poético. En definitiva, la persecución de esaobjetividad de la poesía y la superación de lo exclusivamentesubjetivo. (ALFREDO PIQUER)