En la década de los 90, John Mack, psiquiatra y profesor titular de la Universidad de Harvard, repara en una serie de casos que estánllegando a las consultas de sus compañeros de profesión: personas queafirman haber estado en contacto, en el mejor de los casos, con seresextraterrestres. Mack se interesa por este fenómeno de una maneraclínica convencional, pero interactuando con este grupo de pacientescomienza a interpretar que quizá tras sus traumáticas experiencias seesconde algo más trascendente que un desequilibrio mental.
Suaventurada hipótesis de considerar a estos individuos como personassanas mentalmente que se han enfrentado a unas experienciastraumáticas de origen desconocido, le supuso un grave descrédito a una figura de su prestigio que, pese a las presiones y a las maniobrasacadémicas, defendió contra viento y marea su enfoque terapéutico yanalítico con sus pacientes.