Un niño acaba de llegar a la ciudad. El señor Alfonso le ha dejado en un colegio. ¿Por qué sus padres, que no lo eran, le han alejado del pueblo? ¿Cuándo volverán a recogerlo? ¿Se tendrá que quedar allí para siempre? Desde la capital, rememora hechos fingidos o verdaderos, no sabe muy bien, de su vida, y poco a poco empieza a inquietarle su origen, la verdad o la quimera de su existencia. Tiene la habilidad de contar con ternura sus recuerdos, aunque sus relatos se van impregnando de dudas, de misterio y hasta de desesperación.
Bienvenido de la Fuente es la historia ficticia de un niño dos veces abandonado: una, recién nacido; otra, cuando le llevaron al colegio. Bienve fue feliz en el pueblo; pero no pudo soportar, a pesar de los cuidados del hermano Desiderio, la angustia de separarse de su nueva familia, de sus amigos. Por eso, siempre estará recordando sus vivencias infantiles en una realidad que no entiende del todo, pues de pronto se nubla y desaparece, «de la misma manera que desaparecía el Morro Rodrigo cuando bajaba la niebla, y los niños decían entonces:
¿Y si cuando levante la niebla no está allí?
Pero, cuando alzaba, el Morro Rodrigo estaba allí. Siempre estaba allí».