Concierto para un hombre es un poemario de madurez: la de un hombre que trasegó por lecturas poéticas, geografías y tiempo. Se siente en él, en el hombre y en el libro, la invasión íntima de los paisajes de Colombia, Cuba, Argentina, Chile y España, la cercanía del mar y la nostalgia natural de la vida. Pero también se siente un deseo de ascender, de mirar desde arriba, de ahí la mención continua a los elementos que por allí trasiegan como sucedáneos de los sueños. Su elemento transitorio es inasible, la música, una música espesa, profusa, cargada de imágenes, de movimientos inesperados. La música se inclina hacia el silencio, y el silencio persiste más allá de las palabras.
Hacia el final de la Primera Partitura, Los días intactos, su música se va distendiendo dando paso a seis Cantos que se deslizan como vientos tranquilos. El personaje que lleva el hilo narrativo en sus muchas reminiscencias, sostiene un largo diálogo con tres grandes poetas muertos: Federico García Lorca, Fernando Pessoa y Alberto Rodríguez Tosca.
