Javier López-Galiacho recrea con solvente imaginación la relación de un Galdós anciano y ciego con el actor Pepe López Alonso, bisabuelo del autor, que hace las veces de lector para el novelista, afectado por una grave queratitis. En el marco escenográfico de su último domicilio madrileño se desarrolla esta interesante conversación, un día de enero de 1919, en la que se van desgranando las ideas políticas y literarias del escritor canario, su evolución novelística o sus incursiones en el campo teatral, tanto las que le darán enorme satisfacción como las que supusieron un fracaso rotundo, tal era la polaridad del arte de Talía en las primeras décadas de nuestro pasado siglo.