Juanito tenía cuatro años, y como todos los niños a esa edad, era muy curioso. Lo que más le gustaba en el mundo era explorar, y casi cada día hacía un nuevo descubrimiento. Papá le lavaba las orejas, las rodillas, los codos ... Para apurar más, Juanito también se frotaba con jabón. De repente, se le hundió el dedo en un agujero de la barriga . ¿Qué había pasado?. El hallazgo le causó tanta intriga que, desde entonces, siempre estaba preguntando: ¿Por qué tengo ombligo?. Y es que Juanito está en una de las etapas más divertidas de la infancia: la de las preguntas. Por eso quiere saber el porqué de todo, e interroga a papá, a su hermana mayor, al abuelo... aprovechándose de la inocencia del pequeño, cada uno inventa una respuesta acerca del extraño agujero. Finalmente, la madre le desvela la verdadera razón de la existencia de su ombligo y, de paso, uno de los grandes misterios de la vida. Las ilustraciones de Francesca Chessa transmiten la espontaneidad y naturalidad de los gestos infantiles. Son imágenes coloristas y desenfadadas, concebidas para que los lectores se identifiquen con los escenarios, los pers
