¿Se puede quedar vacío el mundo? ¿Se puede sobrevivir a un mundo sin sentido? A través de una trepidante y alucinada visión de larealidad, esta experiencia poéticaEl vacío experimentado en el confinamiento del año 2020 se proyecta sobre el vacío existencialque acosa al ser humano en la alta modernidad, completándose así elcuadro esbozado por Eliot cien años antes.«Amiga lectora, amigo lector, la deslumbrante luz de este poemario no reside en su fulgorsino en sus alargadas sombras, en su original mecánica simbólica tanarraigada en el surrealismo existencial de Poeta en Nueva York, deGarcía Lorca, Hijos de la ira, de Dámaso Alonso o Sumido 25, de Miguel Labordeta. No te será fácil su lectura si no te dejas llevar por suoblicua senda, ese camino escondido que te conducirá por un paisaje de delirios irracionales donde el viento susurra sus verdades: unadesgarrada reflexión sobre la contemporánea civilización occidental yel lugar inane, fantasmagórico, que el sujeto posmoderno ocupa enella, barrido por el ser microscópico del virus (...)El vacíode Fernando Gil Villa es un extenso po