Esta novela busca resignificar los tres adjetivos con peores connotaciones que se han empleado a lo largo de la historia para descalificar a las mujeres, de ahí el
título: Fea, Furcia y Chiflada.
A través de las vivencias de la protagonista, una campesina que será a menudo juzgada por su apariencia física, y que no tiene nombre, Fea, furcia y chiflada, pretende describir el feudalismo desde los tres ejes de
opresión: el género, la clase social (los estamentos) y la raza. Una mujer que no encaja en el rol de mujer aceptado socialmente y que intenta sobrevivir en un tiempo y un espacio que no le pertenecen; algunas bases de sus circunstancias pueden trasladarse a la realidad de las mujeres en la actualidad. Aborda temas como la sexualidad femenina, la prostitución y la locura, entre otros. A pesar de que esté contextualizada en la edad media y narre el sistema feudal desde sus desigualdades, no es una novela histórica. No aparece en estas páginas ningún acontecimiento histórico, personaj