LACALLE NORIEGA, MARÍA / VILA RAMOS, BEATRIZ / ABELLÁN GARCÍA-BARRIO, ÁLVARO
En Grandes Libros III, y de la mano de dos magnas figuras, nos acercamos al cristianismo y a la renovación cultural que aportó la fe cristiana en plena crisis del mundo antiguo. La Apología II de San Justino (ca. 103-ca. 165), filósofo y mártir, es un brillante testimonio de la convicción cristiana de la dignidad del hombre, de su libertad religiosa y de la primacía de su conciencia frente al poder del Estado. Por su parte, las Confesiones de San Agustín (354-430) nos muestran las tensiones entre el paganismo y la fe cristiana propias de aquel mundo cambiante; la lucha entre el bien y el mal no solo en el tiempo y en el cosmos, sino en el interior del ser humano; la hondura y solidez de las relaciones humanas, el encuentro personal y transformador con Dios, la comprensión del sentido de la historia. Ambas obras se redactan y publican en el mundo antiguo, pero nos ayudan a comprender el mundo de hoy, y muchas de sus ideas se pueden considerar de plena actualidad. No en vano se ha dicho de San Agustín que es el primer hombre moderno.