En el contexto del auge inmigratorio que se daba en la Argentina en las primeras décadas del s. XX, el debate ideológico en torno al centenario de la independencia (1910) y a los símbolos de la identidad nacional, posicionó la imagen del indio en relación con la del gaucho, como figuras prototípicas a través de las cuales circularon las ideas y prácticas del fenómeno "criollista" de moda en ese período.
Las postales de indios se inscriben en el universo de las postales etnográficas o exóticas: elaboran un estereotipo inmerso en una naturaleza indómita, alejada del contacto cultural y de la modernidad. Así dispuesto, viene a compartir el escenario de "lo nacional" con el gaucho, como su opuesto complementario.