Persiguiendo a su hijo el osito, que a su vez persigue a una abeja, el gran oso llega hasta ópera de París. El recorrido por increíbles escenas, compuestas con una gran abundancia de detalles y elementos decorativos, lleva al lector a agudizar la vista para tratar de localizar al osito. Un libro para observar que también tiene un divertido texto que no se agota en una primera lectura.