No te pierdas la entrevista de Manuel Cabezas
Un antiguo aprendiz de librero había recibido un texto junto con otros escritos de manos de un fugitivo converso, huido de la Inquisición, allá por el año de 1483. Él mismo también tenía un pasado en el que había sido víctima de los Hombres de la Cruz, al mantener relaciones con una mujer casada, esposa de un soldado de las huestes cristianas que participaban en el avance hacia el sur peninsular, además de que, por su profesión, no estuviese bien visto que poseyese textos vinculados con el mundo judaico y converso. Esta es la historia de amor proscrita su adulterio sería duramente castigado de dos jóvenes en aquella Castilla que se veía soliviantada por revueltas y crispación social, animadversión a los no cristianos, una crisis sucesoria, la llegada del Tribunal del Santo Oficio y la culminación de la conocida como Reconquista. Los jóvenes acabarían encontrando cobijo en una modesta población del territorio aragonés.
Por otro lado, la amargura teñía los corazones de algunas personas que tuvieron que huir, reflejada aún más en el hombre que otrora hubiese ocupado puestos de gran relevancia dentro de la comunidad conversa de una ciudad media castellana, pues realizó funciones de rabino, celebró festividades judías y se burló de Jesús, rezó en hebreo y llevó a cabo sacrificios de animales según el ritual judío, residiendo en una casa en la que destacaba una torre donde rezaba junto con otros compañeros de fe.