Damián Gallego García se nos revela, en su primera novela, como un narrador maduro y ambicioso,
capaz de levantar la peripecia vital de unos personajes subyugantes en un mundo hostil, áspero e
implacable, el de la España de la primera mitad del siglo xx. Y todo ello con el telón de fondo de una
historia cainita en su más descarnada inocencia, pero también con la luz cegadora que la esperanza,
la bondad, el tesón y la inteligencia de su protagonista, Benjamín, irradian en todo cuanto toca.