Un emigrante español hizo un juramento en México que marcó y ensombreció a su familia. Reirán o se asombrarán con la forma en que frustró las anécdotas amorosas de sus cinco hijas al rechazar a los pretendientes con argucias o a balazos.
Cuando en 1910 la Revolución pasó por Morelia el guardián de la honra ideó un minúsculo escondite y emparedó a sus mujeres. Las hijas se enteraron tarde del juramento; sin embargo, eran libres. Un viento proveniente de España se llevó a las cinco novias del altar mexicano. Nadie les puso una sortija en su dedo a cambio de un sí.
Esta historia parecería de ficción, pero no es así. La autora reconstruye lo que le contaron sus cinco tías abuelas y completa el relato con los recuerdos de su madre y sus tíos ?hijos del único varón de la familia?, agregando algo de su intuición e imaginación.