Esta novela está situada en la primera mitad del siglo veinte. Cuenta historias cotidianas de aquella época. Algunas, aún siguen ocurriendo en estos tiempos. De ahí su título. Y lo hace mediante un hilo conductor formado por las dos ramas familiares de Adriana, hija de Alfonso García y Esperanza Rojo. La familia materna de la protagonista ocupa el primer capítulo.
La abuela Margarita, llegó a la capital hispalense siendo muy joven, madre soltera y repudiada por su familia. Su profesión de modista le permitió abrirse camino en el campo laborar y criar a su niña decentemente y con un cierto desahogo económico. El segundo capítulo describe la vida de la familia paterna. Los padres de Alfonso y sus tres hermanos mayores, emigraron a Buenos Aires buscando una vida mejor a la que tenían en Sevilla. El pequeño Alfonsito y su abuela Concha, se quedaron en Sevilla a la espera de que los reclamaran desde Argentina.