Cuando busqué en lo más adentro de mi ser, a veces creí estar vacío. Solo me hizo falta cambiar de perspectiva para reparar en que me equivocaba. Es más, podría decir que me encontraba a rebosar de sentimientos, pero no de los sentimientos que uno espera. Y en ocasiones, hubiera deseado que ese primer miedo hubiese sido real con tal de no sentir el dolor y la incertidumbre que me ha estado carcomiendo por dentro durante todos estos años.