Vive el libro un momento histórico que cuando menos puede calificarse de sorprendente: la técnica que heredamos de Gutenberg ha sido sustituida por una tecnología que nos ha situado en el centro mismo de un complejo mundo en el que, paradójicamente, todo se nos presenta en apariencia más fácil... En realidad, la tecnología es como un espejismo: poco a poco nos damos cuenta de que solo es útil si, además de conocerla a fondo, conocemos también profundamente los entresijos del cañamazo que con ella podemos hilvanar. En efecto, tenemos la sensación de que la informática nos permite construir un entorno tipográfico y bibliológico casi perfecto. Pero cuando tratamos de aplicar sus órdenes aparentemente todopoderosas, advertimos que en muchos casos nos falta el conocimiento básico de las cosas, el «cómo», el «por qué», el «para qué»..., sin lo cual no podemos seguir adelante con seguridad. Por todo ello, siguen existiendo y actualizándose obras como esta, una nueva edición en la que el autor ha mejorado y modernizado algunas cuestiones ofreciendo al editor y al autoeditor, así como a cuantos contribuyen a la génes