La autora recupera el personaje de Manolito después de algunos años para volver a situarnos en Carabanchel Alto con su familia, ahora con una hermana más, los amigos y los vecinos. Oímos la misma voz de Manolito, que contempla el mundo con sorpresa, ingenuidad, dando cuenta de los tiempos de crisis por los que atraviesa el país: pelotazos urbanísticos, pérdida de empleo, la crisis en los bancos, manifestaciones de funcionarios y, de fondo, personajes reconocibles de la sociedad y del mundo del espectáculo. Los que hayan disfrutado con el personaje en libros anteriores encontrarán una conexión directa con el mundo de Manolito: diálogos ocurrentes, humor compartido por un contexto común, el lenguaje de la calle y una mirada tierna hacia los perdedores.