?Desde aquí hay unas vistas inmejorables del Monasterio de Uclés, envuelto en una ligera bruma bajo un cielo encapotado de tonos grises. Jose, el galgo, se adelanta un poco y luego se detiene. Mira hacia los peregrinos como diciéndoles: ¿Habéis visto qué maravilla? Y así se queda, estático en medio del camino, mirando al Monasterio y luego a sus compañeros. Si un pintor barroco del siglo XVII hubiera inmortalizado esta escena en un cuadro, lo habría titulado Paisaje con galgo y Uclés al fondo.?