Jey es un cazador de demonios que lleva siglos recolectando el poder elemental de estos para su Orden. Junto a sus hermanos de división ha protegido a la humanidad de esos seres malditos, cada noche, pero tras siglos de cacerías se siente vacío y apartado de los suyos, por el secreto que guardan sus ojos.
Los iris púrpuras de Jey lo marcan como paria social, al ser signo del mestizaje de su sangre, que fue el motivo de su abandono cuando era un bebé, por parte su familia.
Cuando el cazador conoce a Grace, una humana, con una vida cómoda y predecible, y nota la conexión con ella, Jey siente que por fin ha encontrado su lugar en el mundo. Al mismo tiempo, siente que aflora en él un antiguo poder, que se creía perdido en su mundo...