Estas memorias son un alarde de vida, de vida intensa y sujeta a mil avatares, propia de un hombre inquieto con una sana ambición y con una desmedida capacidad de entrega a los demás. Se leen como un libro de aventuras, escrito con la calidad literaria de una persona con gran formación y constituyen la más sincera manifestación o confesión de una persona sobre sí misma. Tienen ritmo, son amenas y te mantienen atento y en tensión desde la primera página hasta la última. El episodio de Nuria o el de la candidatura a las cortes franquistas por el tercio familiar en Granada con 24 años, enfrentándose él solo a todo el aparato franquista, que tuvo que dar un pucherazo para vencerlo, nos ponen delante de un hombre valiente y decidido que no se arredraba ante nada y ante nadie. En su afán por conocerlo y comprenderlo todo se trató y codeó con los personajes más variopintos que podamos imaginar. El autor fue un hombre de consenso y por él luchó hasta el final de sus días. En definitiva, el autor se desnuda ante el lector y va desgranando su vida con todo lujo de detalles, desde su juventud hasta su muerte, desde el tardofranquismo hasta los actuales movimientos independentistas, acontecimientos que vivió como joven estudiante con inquietudes, político en varias ocasiones, empresario y agitador de la sociedad civil. O sea, una vida llena de intensidad y como él mismo reconoce de éxitos y fracasos.
(Fernando Yélamo, presidente de FANS).
Arturo Moya Moreno falleció el día de Navidad (25 de diciembre) del año 2016, tras una larga y sufrida lucha contra el cáncer que había durado casi una década. Comenzó a escribir estas memorias el mismo año de su fallecimiento; de alguna forma intuía el desenlace. Las escribió con urgencia, levantándose de noche cuando recordaba algún detalle que quería transcribir, y con una orientación didáctica. Quería, como decía él, transcribir sus vivencias vitales; otro se encargaría del encuadre histórico y científico del tiempo que le tocó vivir.