Marián Molina es la directora de un Parador Nacional situado en una playa del sur de España. A sus 52 años está convencida de que aquel será su último verano al frente del mismo y volará por su cuenta. Son muchas las cosas que la vida le debe y, una de ellas, es no haberla vivido.
Una mujer pragmática y no dada al recuerdo, ese verano, sin embargo, una serie de circunstancias les hace evocar toda su historia y lo mucho que esta ha estado ligada al establecimiento y a la localidad donde ahora vive. Desde esa juventud de principios de los setenta hasta una relación en los noventa, que marcaron su devenir futuro, Marián siempre se consideró una mujer una hecha a retazos. Había conocido días de felicidad y muchos años de dolor y soledad. De incomprensión.
La Historia de Marián no es más que la historia de tantas mujeres de una generación sujetas a estrictas normas cínicamente moralistas y machistas, en las que los sentimientos de la mujer no tenían valor alguno ni consideración.
