Lo siento. Lo sé, siempre lo he sabido. Por eso siempre has sido mi fantasma, el del héroe y el del monstruo, siempre mi reflejo, mi guía aunque no me hablases. Tu sacrificio también es mío ahora, y tu guerra ya no es tuya, ni del monstruo ni del héroe, sino del niño que se esconde en las sombras. El tiempo de correr para huir se ha terminado, ahora es el tiempo de que baje a las tinieblas, es el tiempo de que haga lo que debo hacer.