Martín tiene la sensación de vivir disfrazado dentro de su propia piel, y no termina de gustarle la persona que se esconde debajo. En el fondo, desearía que el disfraz se adueñase por completo de su esencia y empezar a verse a sí mismo como lo ven los demás. Sueña con la idea de ser un tipo normal, o al menos tan normal como cualquier otro chico de su edad, pero, desde que su madre se fue de casa, siente que el peso de la culpa podría derrumbarlo en cualquier momento.
Érica ha sido su compañera de clase durante años, aunque nunca han llegado a frecuentar los mismos círculos. Casi todos sus amigos la definirían como una chica rara en el mejor de los casos. Para Martín, es un enigma cuya solución no necesita saber. Cuando ella lo sorprende durante una cita con su psicóloga, teme que pueda derribar los frágiles pilares que sostienen su mundo.
Toda obra de ficción es una pregunta sin formular, y la que sostienes entre tus manos no podía ser la gran excepción. Sería sencillo describirla como una historia de amor, pero estaría navegando por una definición vacía, pues, a fin de cuentas, es improba