La vida misma nos va desgranando las horas y los días, los meses y los años. Lo mismo que se desprenden los granos de una granada y el trigo de la espiga.
Cuando echo la vista atrás, me cuesta reconocer algunos poemas, porque fueron inspirados entre los años 1976 y 1981, por las porteadoras de Cusco y los sherpas de Nepal, las risas de los niños del Pacífico sur, los volcanes de México y Filipinas, los verdes de la impenetrable jungla amazónica? Otros, de esta misma década y de la anterior, reflejan diversos estados de ánimo contrapuestos, a lo largo de inviernos, veranos, primaveras y otoños.