La portada de este libro es un cuadro que Leonardo da Vinci pintó entre 1503 y 1506 y que el pintor mallorquín Domingo Zapata ha reinterpretado. La vida es así: un ciclo sin fin que, simplemente, va cambiando las reglas, dependiendo del momento histórico y social en el que nacemos.
La Monna Lisa representa, pese a tener más de quinientos años, una belleza atemporal, no sabes si es feliz o infeliz, no deja ver nada de ella y, sin embargo, permite intuirlo todo. Y que lleve una montera es una metáfora perfecta para las mujeres y hombres que, a cierta edad, hacen eso, se ponen el mundo por montera e intentan ser felices, aunque eso suponga la clandestinidad en algunas prácticas de su vida.